viernes, 5 de diciembre de 2008

Cómo investigar y dónde encontrar casos relacionados con crimen organizado (III parte)

Para entrar a la tercera parte de cómo investigar casos de crimen organizado, creo que lo más sensato es hablar de cómo indagué uno y ver al mismo tiempo que me faltó para profundizar y los errores que cometí en el camino.

Comenzó en 2007, a mediados de año, cuando leí en un diario ecuatoriano que una banda de lavadores, cuyo jefe era el narcotraficante Hernán Prada Cortés, había sido detenida en Quito, luego de haber blanqueado varios millones de dólares comprando propiedades en hoteles lujosos -Radisson World Trade Center- e invirtiendo en empresas madereras.

Toda operación de este tipo siempre puede tener un “espejo” en Chile, por lo que el olfato me decía que bien podía existir al menos algo. De esta manera comencé un recorrido telefónico y de reuniones en cafés, con las distintas fuentes que tengo para este tipo de casos. Una de ellas me confirmó que un informe de las autoridades ecuatorianas había llegado al Ministerio Público y a la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) dando cuenta de que Prada tenía inversiones en Chile.

Debo admitir que me quedé plop. Mis sospechas se confirmaban, pero venía la parte más pesada y más compleja de la “pega”: tratar de comprobar el dato.

Por aquel tiempo trabajaba en La Nación, como editor de tribunales, por lo que aprovechando algo de tiempo muerto que tenía en el día, me lancé a la empresa de buscar a Prada, primero, en las páginas blancas. En una de esas, pensé, podía existir algo. También revisé a su círculo más cercano, esposa hijos, testaferros y cómplices. Pero nada. En ese momento colegí que la red de Prada era demasiado grande para sólo manejarla con la memoria, por lo que armé una telaraña con los miembros de la organización. A cada uno de ellos les anoté su función, relación con Prada, y a los delitos a los que fueron sometidos en Ecuador.

Posteriormente seguí con Dicom y el Servicio de Impuestos Internos (SII). En el primero me encontré con una sorpresa de proporciones, a principios de los 90 aparecería creando una empresa en Chile junto a dos colombianos y un chileno de nombre Nancagua S.A.

Aparecerían sociedades con el mismo nombre hasta principios de 2006, por lo que necesitaba “rutear” a la firma con el fin de establecer a sus socios. Fui al diario oficial buscando todas las empresas, para hallar también las escrituras, ya fuera en las notarías o bien en el archivo judicial, donde después de un tiempo son enviadas.

El trabajo fue arduo en el Diario Oficial. Los nombres de las distintas sociedades no cuadraban con Prada y sus vínculos con Chile. Los datos que obtuve los ingresé en otra telaraña donde ubique cronológicamente las sociedades que tenían el mismo nombre y sus modificaciones en el tiempo.

Cada una de ellas, a través de sus rut las ingresé en el SII. A través de una fuente interna, logré obtener información tributaria de buena calidad para seguir con mi investigación. Pero en esa misma búsqueda me apareció también un alto ejecutivo del Citibank como dueño de una sociedad también de nombre Nancagua. Si aquello era cierto estaba detrás de una pista increíble, pensaba por aquellos días.

Posteriormente con todos los rut y las fechas de las escrituras y modificaciones me fui notaría por notaría para saber que sucedió con las escrituras. Es decir, si estaban allí o habían sido enviadas al Archivo Judicial y obtener los respectivos legajos (roles). Pues bien, estaban en este último lugar.

Paralelamente ingresé los nombres de todos los socios de las empresas Nancagua y armé un perfil comercial. Conseguí con una fuente de la policía civil sacarle todos los antecedentes y entradas y salidas del país y destinos. La telaraña se agrandaba cada día más. Decidí imprimirla y armar otra enorme, pero en mi casa. La investigación comenzaba a quitarme el sueño, era casi lo único en que pensaba.

Algunos de los adláteres de Prada habían ingresado a Chile hacía pocas semanas, se habían alojado en la versión chilena del hotel donde habían comprado en Ecuador. Los socios de las otras Nancagua también tenían viajes a Colombia, Brasil, Estados Unidos y una gama de países. El reportaje se agrandaba cada día más. Ya llevaba casi tres semanas en lo mismo.

Llegó el día se concurrir al archivo judicial, al que hay que llegar apenas abren, esto es a las 08.30. Está ubicado en Carmen 395, donde otrora funcionara el laboratorio de guerra bacteriológica del Ejército, pista indagada en el marco del proceso por la muerte del ex Presidente Eduardo Frei Montalva.(link)

Pedí al menos 30 escrituras, comencé a analizarlas una por una y fotografiarlas con mi cámara digital fuera de la vista de los funcionarios, ya que está prohibido.

Con las imágenes en la mano comencé a analizarlas una por una. En ese momento recibí una llamada de un policía que investigaba el mismo caso, quien me pidió que nos juntáramos en un café. Suele pasar que de tanto preguntar, los datos finalmente terminan conociéndose. Chile es un país pequeño y todos nos conocemos.

Algo en el cruce de sociedades no me cuadraba, faltaba un nexo entre todos los supuestos involucrados en la red.

El encuentro con el policía lo generé para tres días después, con el fin de llegar con todo lo que tenía muy estudiado. Con fuentes de este tipo hay que saber mucho para poder conversar y, a partir de allí confirmar algunas cosas y descartar otras y obtener algo más de información.

Como niño aplicado traspasé los antecedentes nuevos que obtenía con el análisis de las escrituras a mi telaraña. La imprimí para seguir dándole vueltas y releer y analizar. Llegado el día, me reuní con el policía. Este me relató que estaban indagando por una orden del Departamento de Tráfico y Lavado del Consejo de Defensa del Estado, la venida a Chile de Prada.

Esperé que el policía hablara más que contarle. La historia que me relató no distaba mucho de lo que había obtenido en casi un mes de trabajo, pero supe que habían autoridades detrás del mismo tema, lo que me permitía abrir el rengo de fuentes a quienes consultar.

La fuente, en todo caso, tenía el mismo problema mío: la sociedad Nancagua. Los cruces tampoco le cuadraban. Juntos le dimos una vuelta a los vínculos pero no llegamos a nada, confirmándome también la existencia de los informes repartidos en la ANI y el Ministerio Público. Él tenía una copia, que me allegó, con el compromiso de que si obtenía algo le informara. La verdad sea dicha no sabía si el trato era bueno para mis intereses periodísticos, pero el tener el documento me picaban las manos. Tenían el logo de las autoridades ecuatorianas y, al final, estaba adosado el chileno.

Ese día no concurrí al cumpleaños de un amigo muy querido, sólo por quedarme a leer y volver a cruzar la información. El informe, para ser honesto no valía de mucho, salvo por un detalle. Había una modificación de sociedad que no tenía considerada en mi búsqueda y el nombre de un abogado que la habría hecho.

Volví entonces al Diario Oficial, al SII, a la notaría y al Archivo Judicial y hallé nada menos que una escritura donde se constituían dos sociedades: una en Panamá y otra en Chile. Todo comenzaba a cuadrar.

Concurrí donde el abogado que aparecía en el informe chileno. Le consulté sobre el tema. Se puso muy nervioso, casi disculpándose. Dijo que sabía nada sobre Prada y que sólo había hecho un estudio de título. Plop. Entonces, lo más lógico es que el narco colombiano había comprado una propiedad. A renglón seguido, sin que me lo pidiera me relató donde estaba el departamento. Nada menos que en Valle Nevado y por US$ 250 mil. Mis sospechas cobraban cuerpo y sentido.

Lo que vendría me traería más sorpresas y uno que otro disgusto.

Continuará la próxima semana.

Artículos anteriores

Cómo investigar y dónde encontrar casos relacionados con crimen organizado (II parte)

Cómo y donde encontrar casos de crimen organizado


Jorge Molina Sanhueza
Editor de Tribunales
www.elmostrador.cl
jorge.molina@lavadodeactivos.cl

No hay comentarios: